lunes, 8 de abril de 2013

Planetario Distrital . 'El regreso del universo'* , la labor de Germán Puerta Restrepo, sobrino-nieto de Enrique Uribe White. POR Efraím Otero Ruiz, M. D.

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Cco: Germán Puerta 
 Mauricio Puerta 
 
fecha: 8 de abril de 2013 18:30

Para: TERTULIA WHITE 
Foro del lector
Por: FORO DEL LECTOR |
El director del Planetario
Señor Director:
Sobre su editorial 'El regreso del universo'* , hay que destacar la labor de Germán Puerta Restrepo, director del Planetario Distrital desde hace varios años y conductor de su renovación recientemente inaugurada. No podría esperarse menos de este economista y astrónomo, sobrino-nieto de Enrique Uribe White ( 1 ), ingeniero, polígrafo y traductor ilustre, quien fuera alumno en el MIT de Hosmer, el célebre astrónomo norteamericano. 
Uribe White inventó y diseñó el clinosextante, un auxiliar ventajoso para la navegación marítima, que él mismo demostró personalmente, ya pasados sus 75 años, en memorable crucero de la Armada Nacional entre Cartagena y Jamaica. La labor discreta y sostenida del Dr. Puerta no ha sido sólo de aparatos sino de educación sostenida e infatigable, ayudando a centenares de miles de jóvenes a adentrarse en las profundidades de las ciencias físicas y naturales y orientándolos hacia las diversas carreras que tanto necesita Colombia.
Efraím Otero Ruiz, M. D.
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NTC ... Enlaces, sobre ENRIQUE URIBE WHITE: NTC ... blog sobre élhttp://enriqueuribewhite.blogspot.com/2007_06_14_archive.html  , http://enriqueuribewhite.blogspot.com/
Germán Puerta Restrepo : http://www.astropuerta.com.co/
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* Editorial: El regreso del universo
Por: EDITORIAL |
EL TIEMPO .com  e impreso 7:45 p.m.  | 22 de Marzo del 2013
El Planetario es una prueba contundente de que sí es posible que Bogotá siga cambiando para bien.
Y, en el momento preciso en el que tantos y tantas se sienten abrumados por los evidentes problemas de la ciudad, he aquí una señal para la esperanza: el pasado jueves 21 de marzo abrió sus puertas de nuevo -renovado tras una importante inversión de 16.000 millones de pesos- el Planetario de Bogotá. Y ahora, desde que se pone un pie en aquel lugar, salta a la vista el resultado del trabajo de quienes estuvieron a cargo de su remodelación durante los últimos cinco años. Se trata de un verdadero espacio para la ciencia recobrado por las últimas dos administraciones distritales.
El nuevo Planetario está a la altura de las necesidades de una ciudad habitada por cientos de miles de estudiantes y millones de niños en busca de un sitio en donde aprender el Universo. Son de no perderse su nuevo museo del espacio, de 600 metros cuadrados; su estupenda 'astroteca', pensada tanto para los investigadores como para los alumnos de los colegios de todas las esquinas de Bogotá; su terraza, especialmente diseñada para la observación astronómica del cielo; su zona infantil, acompañada siempre por expertos en la materia, y su domo renovado hasta el punto de que podría decirse -sin temor a estar cayendo en los triunfalismos que tan bien conocemos- que se ha convertido en una de las mejores pantallas de su género de todo el mundo.
Todo es serio en lo que tiene que ver con el Planetario de Bogotá. El trabajo que se ha venido llevando a cabo desde el 2008, en cinco fases y liderado por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes, y también por el Instituto Distrital de las Artes (Idartes), ha concluido de manera admirable. Pero, como se ha entendido también que lo principal es lo que viene de aquí en adelante, se ha pensado en reforzar una capacitación de los docentes de los colegios públicos, que cumple ya 10 años, y se han trazado unas ambiciosas proyecciones de asistencia para los próximos cinco años.
Una ciudad debe ser medida, no cabe duda, por su capacidad para crear espacios en paz para todos, por su vocación de hacerles posible una vida mejor a sus habitantes. El Planetario es una prueba contundente de que, lejos de las primeras planas, de manera digna y profesional y a salvo de los enredijos políticos en los que tienden a caer los supuestos grandes temas del Distrito, sí es posible que Bogotá siga cambiando para bien.
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