y a las de Robert Blake White , su bisabuelo , John Henry White ,
Reseña biográfica e información general sobre EUW
http://enriqueuribewhite.blogspot.com/2007/06/introduccion-junio-14-2007.html
.
Órden de Boyacá para EUW
http://enriqueuribewhite.blogspot.com/2007/10/archivo-introduccion.html
.
Caricatura.
http://enriqueuribewhite.blogspot.com/2009_06_28_archive.html
ENRIQUE URIBE WHITE
Ella hija de Robert Blake White y de Luisa Uribe Uribe
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti3/boldiescisiocho/boldiescisiocho4a.htm
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Con Tsarevitch en todo su esplendor!
Las dos fotografías anteriores fueron aportadas a la TERTULIA WHITE
por María Eugenia Domínguez (Mareña) , Junio 18, 2.007
DE: MARUJA VIEIRA WHITE
ENRIQUE URIBE WHITE*
En el amanecer del dieciocho de mayo
zarpó el "Santa Eulalia".
El capitán
iba en el puente de mando.
El viejo marino sabio
volvió a encender su pipa
y consultó su antiquísimo astrolabio.
Allí estaban sus libros intactos.
El arco y las flechas,
los juegos, los discos,
los gatos...
Nos quedamos en tierra
mirándolo partir
en su último viaje
inesperado.
.
¿Va rumbo al Artico,
donde el bisabuelo buscaba
la expedición perdida
del Capitán Franklin?
Navegará siempre en la noche,
recorriendo la Vía Láctea,
señor de sombras y de música,
de rompecabezas y máquinas.
Después anclará en una estrella
de la constelación de Tauro
y cuando miremos al cielo
en las noches claras
veremos brillar las luces
del "Santa Eulalia".
A Ana Mercedes Vivas
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Tomado del Libro: LOS NOMBRES DE LA AUSENCIA (Ediciones San Librario, Marzo 2.006)
*Poeta, traductor, astrónomo, inventor. En la década de los años 30 publicó la revista Pan. Fue un ser único, irrepetible.
Para Álvaro Castaño Castillo, Uribe White era "informal, disidente, amante de las artes y de las letras, de las ciencias exactas, de la historia de Grecia y de la historia de los gatos, de la música, de la navegación y del tiro al arco".
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DE: ANA MERCEDES VIVAS VIEIRA *
SAGA DEL NAVEGANTE
A Enrique Uribe White
Aquí estaban tus pipas
de viejo marinero.
Por tus manos esperan
rompecabezas, juegos...
El té aguarda en la mesa
y el carrillón invade
con su canto
el silencio.
Pero tú ya no estás
argonauta de estrellas
y esta casa es el barco
fantasma de tus sueños.
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Tomado del libro LA NOCHE DEL GIRASOL (1.996)
*Hija de Maruja Vieira.
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Subidos a la Bitácora Enrique Uribe White http://enriqueuribewhite.blogspot.com/ por GRA el 23 de Junio de 2.007.
Tomado del libro "TOMAS URIBE URIBE" de María Eugenia Domínguez M. (Mareña) editado por la Universidad Unidad Central del Valle (Tulúa). Diciembre de 2.006. Págs. 139 a 141.
Siete Uribe White
El doctor Tomás Uribe Uribe era muy disciplinado y estructurado. Doña Luisa, en cambio, era la otra cara de la moneda; su influencia combinada fue determinante en la formación de los hijos. Todos hicieron “lo que les dio la gana” dentro de una estructura tan rígida que les produjo úlceras, asma y cáncer. Sin embargo, gozaron de una exquisita educación, hablaban varios idiomas vivos y muertos, y lograron disfrutar un poco de sus vidas.
Al hijo mayor, Enrique, muy niño lo enviaron interno a Bogotá, donde se le debía proporcionar una educación acorde con las aspiraciones de sus padres. Tanto el médico como doña Luisa compartían el sueño de tener un hijo Presidente y así lo manifestaban en sus cartas, en las que monitoreaban cuidadosamente sus progresos:
... Una fiesta la lectura de tus cartas en esta casa: sencillas, naturales, sin alambicamiento y, sin embargo, con cierta elevación de estilo que debes a las buenas lecturas de que tienes hecho acopio, única que debes permitirte. Húyele como a la peste a las novelas, sobre todo a las modernas españolas ... (91)
De pie: Enrique Uribe White, Emilia Uribe White de Mejía y pablo Mejía Botero. Sentadas: Alicia White de Restrepo e Inés Uribe White. Fotografía tomada del libro mencionado, pág. 157.
Ya graduado en MIT de ingeniero civil, trabajó en el laboratorio de Menlo Park con el inventor Thomas Alva Edison. Luego pasó una temporada en Cuba antes de regresar a Colombia, entrando por Barranquilla donde le fueron encomendados varios trabajos privados. Trazó y construyó la carretera que va de Zarzal a Sevilla; lo nombraron ingeniero jefe de la carretera Popayán-Pasto. Prefirió ser director de la Biblioteca Nacional (1941-1948) en vez de ministro de Educación. Pasó una temporada como Representante, pero la política no era de su agrado. Entre 1935 y 1940 publicó la famosa revista Pan ** , donde escribió artículos y poemas selectos. Constructor de veleros, navegante, investigador, historiador, escritor, fotógrafo y poeta. En su época de productor de televisión condujo un programa de cultura general tan difícil, que muy pocos lo entendían. Permaneció soltero toda su vida y la única compañía que soportaba era la de su hermana Inés y la de sus gatos. La nación, reconocida, en la persona del presidente Alfonso López Pumarejo, le hizo entrega de la Gran Cruz de Boyacá.
... Acabo de llegar de Medellín y alistarme para seguir a inaugurar la carretera de Popayán a Pasto, donde Enrique Uribe White salvó el decoro de los ingenieros colombianos poniéndolos en altísimo pedestal y al mismo tiempo colocando su propio nombre al lado de los varones ilustres que han hecho de su familia unas de las más distinguidas de Colombia. Llegue a Ud., dignísima señora, mi mensaje emocionado de admiración y respeto, que hago extensivo a Don Tomás, viejo admirable orgullo de la patria (92)
…
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(90) Ibid. Carta de doña Luisa White de Uribe fechada en Tuluá, diciembre 17 de 1938. para Enrique Uribe White.
(91) Puerta Restrepo, Mauricio. Archivo Personal. Carta del doctor a su hijo Enrique, en Tuluá, mayo 22, 1913.
Notas y complentos del editor de esta Bitácora:
** Sobre "PAN" http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti3/boldiescisiocho/boldiescisiocho4a.htm
TEXTOS SOBRE ENRIQUE URIBE WHITE.
EL AUTOR
La revista Pan no se puede mencionar sin hablar de su creador, el doctor Enrique Uribe White, editor, propietario, alma y espíritu de ella. Uribe había nacido en el Valle del Cauca a fines del siglo pasado. Comenzó a estudiar ingeniería civil en la Universidad de Antioquia, de donde lo echaron "por protestar a pólvora". Terminó sus estudios en Baston (Estados Unidos) y regresó al Valle, trazó carreteras en el Cauca, participó en política, fue diputad o y asistió al Congreso. El doctor Uribe White fue ingeniero, escritor, poeta, fotógrafo, dibujante, conocedor de varias lenguas -entre ellas el griego-, traductor de Baudelaire y Oscar Wilde. Era un amante loco de las letras, de las palabras impresas, del olor del papel. A lo largo de su vida coleccionó una cantidad enorme de material bibliográfico, descuartizado de revistas de todo tipo que recibía periódicamente desde los rincones del mundo y que él mismo marcaba con su letra gótica y ordenaba en carpetas y ficheros que acumuló en número exagerado y que, por supuesto, utilizó. Material que hoy en día pertenece a la Biblioteca Luis-Angel Arango. Enrique Uribe fue un hombre extraordinario, amante del mar y de los barcos; un liberal que en aquella época, la de Pan, vacilaba entre derecha e izquierda, entre los poemas y las ecuaciones. Caballero metódico y organizado, cuando un número salía, ya tenía listo el próximo, anunciaba su tabla de contenido completa y, cuando algo fallaba, ofrecía disculpas. Siempre se manifestó como director, propietario editor; en la bandera nunca apareció comité de redacción, o de dirección, alguno. El siempre, desde su "sillón de Editor" o "La pipa del Editor", asumió como único responsable de la publicación. La revista era, sin lugar a dudas, suya; fácilmente podemos imaginarlo haciéndolo todo. "Es un hombre sustantivo, de esos que desconocen la palabra IMPOSIBLE y no han conjugado nunca en primera persona el verbo TEMER", dice de él una semblanza escrita por José Ignacio Bustamante.
BOLETÍN CULTURAL Y BIBLIOGRÁFICO 65
Un señor poco común
Por OSCAR LONDOÑO PINEDA
Santa Eulalia: Memorias de una casa abierta (Biografía de Enrique Uribe White)
Autor: Efraim Otero Ruiz
Editorial: Ediciones Fondo Cultural Cafetero, Bogotá, 1999, 95 Págs.
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/bole65/bole43.htm
Efraím Otero Ruiz, el autor de esta biografía, es profesional de la medicina, ex ministro de Estado, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina, director de Colciencias, presidente de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, miembro de la Sociedad Bolivariana y correspondiente de la Academia Colombiana de Historia, galardonado en concursos de poesía, finalista en otro de cuento, traductor de poetas norteamericanos e ingleses, honores éstos representativos de su devoción por el quehacer intelectual.
Las buenas y novedosas fuentes de que está nutrido este libro vienen de la amistad que biógrafo y biografiado mantuvieron durante muchos años, estimulada por el fervor hacia intereses que les eran comunes, los de la cultura, que en uno y otro reverdecían aún más con el diálogo inteligente, crítico, sin que faltaran los desacuerdos, las confrontaciones y las conciliaciones muy propios entre traductores de poesía, más aún en el caso de Enrique Uribe White, temperamental, erudito, controversial y experto en el conocimiento del idioma inglés.
Este libro, editado por el Fondo Cultural Cafetero (1999), trae un prólogo del doctor Belisario Betancur, en el que describe a Uribe White como personaje que lleva a evocar el Renacimiento italiano, por su versación en distintos aspectos del pensamiento, por su interés en conversar con sus pares sobre arte, poetas y poemas, traducciones, a la vez que sobre las innumeras inquietudes científicas e intelectuales que atenaceaban su espíritu.
Efraím Otero Ruiz nos lleva de la mano por la que fuera residencia de Uribe White en los últimos años de su vida -Santa Eulalia, en Bogotá-, la que evoca entre la nostalgia y la emoción, como que sus paredes albergaron mucho afecto y muchos recuerdos, que lo llevan a escribir: "Por ella pasaron tantos amigos y a la vez fue refugio de tantas confidencias, de tantos juegos mentales, de tantos actos brillantes del intelecto, que uno quisiera sus ladrillos y sus muros fuesen grabadoras electromagnéticas y conservaran para la posteridad siquiera fragmentos de lo que una vez oyeron o admiraron".
La construcción de la casa correspondía a un diseño elaborado por su propietario, en quien se conjugaban con el ingeniero experto la imaginación creadora, la rebeldía ante los convencionalismos, una personalidad definida, la tenacidad en la acción, que le permitieron hacer un trazado original que consultaba, desde el punto de vista arquitectónico, sus personales intereses, abrigo de sus inquietudes y pretensiones múltiples. Fue allí el habitante gozoso de su propia creación.
Cuenta Otero Ruiz que Uribe White nació (1898) en "la hacienda señorial Valparaíso, que se encontraba en las vecindades de Tuluá", que su padre fue el eminente médico doctor Tomás Uribe Uribe, "hermano del doctor y general Rafael Uribe Uribe"; que su madre, Luisa White Uribe, era "mujer de gran cultura", que leía "hasta altas horas de la noche libros en francés, en castellano y en inglés". El "cultivo de otros idiomas y sobre todo de este último venía ya como una tradición de familia". Pasa a referir los antecedentes familiares del apellido y las acciones cumplidas en el país. Cita a Rafael Serrano Camargo, "su cuñado y biógrafo", para dar noticias de su vida durante aquellos años, entre otras "que culminó con éxito la carrera de ingeniero en la Escuela de Minas de Medellín". La docencia que allí se impartía lo era por eminentes profesores y había rigor en los estudios, lo cual le ha permitido conservar a la Escuela una aureola de sapiencia.
Uribe White estudia en los Estados Unidos, donde se especializa en ingeniería civil, y en este libro se encuentran referencias a su permanencia allá, a sus actividades, a sus amistades, y a episodios muy significativos en su vida. Luego, su regreso al país, los compromisos profesionales que adquirió, ya en la costa, ya en el sur, en donde tuvo la oportunidad de conocer, entre otros, al maestro Guillermo Valencia, con quien hizo una gran amistad en lo personal e intelectual, sobre quien se detiene en muchas páginas el autor de esta obra. Conoció, también, al poeta y traductor Carlos López Narváez, con quien mantuvo trato permanente, dada la pasión que uno y otro tenían por las traducciones y en cuya labor tuvieron las diferencias propias de una actividad que ofrece, para su realización, tan variados caminos.
Da noticia de cómo surgió su afición a la música y la idea de publicar la revista Pan, que marcó una época en el mundo intelectual y editorial colombiano; su iniciación en la vida política y cómo, habiéndole sido ofrecido por el presidente López Pumarejo, en su segunda administración, el Ministerio de Educación, no aceptó, y sí el cargo de director de la Biblioteca Nacional, que encontraba cercano a sus preferencias.
Armador de veleros, navegante a toda vela, constructor de su casa con imaginación inusual en la cual albergó símbolos marinos y representaciones planetarias, creador de espacios para alojar sus sueños, con amplios ventanales al paisaje decorado de pinos y de flores, con silenciosos recodos para el trabajo intelectual, con gatos siempre discretos en su ejercicio de compañía.
El autor de esta biografía describe esa casa en detalle, con delectación y nostalgia, advirtiendo cómo estaba dispuesta para múltiples servicios dentro de los variados propósitos creadores de su dueño, volcado, como era su afición, sobre disciplinas diversas: el arte y la historia, en su comunidad de caminos, la astronomía y la náutica, en su reciprocidad de lecturas, la astrología y el zen-budismo, en sus influencias inadvertidas, la tertulia y el solaz. A todo esto agregaba libros, planos, esculturas, pipas, diccionarios en varios idiomas, cuadros, iconografías y, como una distracción más para las horas de descanso, una mesa de billar, un viejo y enorme radio marca Telefunken que le aseguraba una cercanía a lo distante, el deporte de la arquería como una diversión más.
Visitantes nacionales y de procedencia extranjera, llenos de conocimientos, de merecimientos y de admiración y cariño hacia el maestro, integraban la tertulia abundante en sabidurías, en especial los días sábados y domingos, en que estaban aún más abiertas las puertas de su reino de vida, ideado por él con imaginación y alegría muy propias de su temperamento.
Y a todos estos desplazamientos intelectuales agregaba su condición de traductor exigente, de crítico literario implacable, de polemista bien equipado para la controversia, de inteligente conversador, de amigo afectuoso, de indagador de mundos, que paseaba su mirada por estrellas y constelaciones, museos, hazañas de héroes y la aureola de las imágenes sagradas. Amigo afectuoso y persona cordial en la comunidad de intereses que los reunía bajo su alero familiar.
Valioso testimonio de amistad y recordación, de reconocimiento y exaltación a un nombre y a una existencia comprometida con los más altos intereses de la cultura, de la que fue habitante sin pausa ni fugas, como que le representaba la atmósfera vital necesaria a cada día. No otra es la gratísima sensación que queda después de leer este libro, escrito con respeto y hondo afecto hacia el amigo, hacia el intelectual, hacia el admirable ser humano que era Enrique Uribe White.
Libro que, a la vez que constituye un gran aporte para el conocimiento de la personalidad -poco común y que suscita admiraciones del biografiado, honra y acrecienta el orgullo de la ciudad donde él balbuceó las primeras palabras e inició su diálogo vital, al calor de un hogar en el cual la inteligencia, la bondad y el señorío mantuvieron su presencia en forma permanente.
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MI HOBBY
Bernardo González White begow@une.net.co
EL MUNDO, Medellín Noviembre 20 , 2.006
“La definición de la palabreja se resiste al español, ya que en inglés para designar la actividad, o diversión u ocupación favorita de un individuo, echaron mano del nombre del caballejo de madera que montan los niños figurándose que van en Babieca o Clavilegno.
Mis Babiecas son muchas porque solo en tantas me escapo de las preocupaciones o de las frustraciones o de los capitis diminutio del diario vivir. Construyo, por ejemplo, mis propios botes de vela. Acabo de poner a “Tita” en zafarrancho de combate. Acaricio la idea de construir un gran bote para la Laguna de Tota en donde tengo a “Tato” el primero que hice. Invento métodos y aparatos para la navegación astronómica y gasto muchas noches dándole cita a las estrellas: unas la cumplen, otras, no.
Sufro criando gatos para regalar a los amigos: Nicolás, Cecilio, Coca e Isolda, la actual población de mi gatópolis y la llamo gatópolis porque el maestro Valencia me dedicó, en la última época que estuvo aquí en Bogotá, una traducción de “Los gatos de Baudelaire” cuya dedicatoria decía: a don Enrique Uribe White, gran Duque de Gatópolis.
Y le estoy metiendo diez horas diarias a la iconografía de La Anunciación, que como mi antigua investigación sobre Américo Vespucio, me ha resultado un mar que intento cruzar a “nadaíto de perro”.
Nada se consigue sin angustia del alma. Como lo dijo mi amigo El Eclesiastés: “Mucho estudio es una aberración del espíritu.”
Usted ha visto lo hecho en menos de un año, bastante más de un millar de reproducciones fotográficas –que yo mismo he tomado de los libros- 400 libros examinados y muchísimos leídos 2, 3, y 4 veces, cuadernos y cuadernos de transcripciones y traducciones. Lucha a brazo partido con el latín, el italiano, el catalán, Manes de José Recassens, fichas, fichas, fichas y aun no veo claro, aún no se que pattern o designio siguieron los artistas en veinte siglos de figurar la mas dulce de las escenas en la vida de María. Pero no desespero de encontrar el hilo que ella teje en las antiguas pinturas y que en su bondad infinita ha debido dejar en este laberinto.”
El texto anterior lo he tomado de la voz del doctor Enrique Uribe White en el casete No 2 de la serie “Voces de la cultura” que reúne 250 voces de ilustres personajes que pasaron por la emisora H. J. C. K. entre los años de 1950 y 1990. “Cronología de la Cultura 1950 – 1990” fue editado y grabado por Villegas Editores en 1990 como homenaje conmemorativo de los 40 años de la Emisora H. J. C. K. El Mundo en Bogotá.
Esta columna está dedicada a varios lectores que escribieron preguntando quién fue Enrique Uribe White o que si se trata del mismo “loquito de los inicios de la televisión colombiana.”
Al amable lector que firma Alvaro Cadavid le comento que Uribe White nació en la Hacienda Valparaíso, cerca de la ciudad de Buga. Falleció en Bogotá en 1983. Hijo del médico Tomás Uribe Uribe hermano del General Rafael Uribe Uribe.
Ingeniero de la Escuela de Minas de Medellín y especializado en Estados Unidos en donde tuvo la oportunidad de trabajar con “otro loquito”, Don Thomas Alva Edison en su laboratorio personal en West Orange, New Jersey.
Su sencillez le impidió contar que recibía regalías por algunos de sus inventos que patentó en Estados Unidos en esa época. Esas puntales regalías que recibía mensualmente le permitieron vivir holgadamente y alejado de la política, pues en el segundo mandato de López Pumarejo le fue ofrecido el cargo de Ministro de Educación, no aceptó y prefirió ir a lo suyo, a la Dirección de la Biblioteca Nacional.
A finales de los años cincuentas apareció en la primera página del diario capitalino El Tiempo éste aviso: “Motivo Uribe-White, véndese televisor.” Enterado del aviso, autoría de su íntimo amigo Otto de Greiff, “lo recibió, por supuesto, con una estruendosa carcajada”.
¡Cuánta falta le hacen a Colombia “loquitos” como Uribe White! - En su memoria-.
Traducciones de poesía:
http://amediavoz.com/louys.htm
http://amediavoz.com/prevert.htm
http://www.poesiaspoemas.com/victor-hugo/lise
http://encolombia.com/medicina/academedicina/academ25262-poliglotas1.htm
http://poemasenfrances.blogspot.com/2005_05_01_archive.html
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http://www.proyectod.com/historia/3hisgra30s.html
1935 Se funda la Revista Pan, dirigida por Enrique Uribe White. Una de las cumbres de la divulgación cultural y artística en Colombia.
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http://www.colarte.com/recuentos/V/WiedemannGuillermo/MVieira.htm
Aquí encontró amigos verdaderos, como Enrique Uribe White, de cuyas tardes de domingo en "Santa Eulalia" era Wiedemann contertulio puntual y activo. Participaba con seguridad y discreción en la infinita variedad de temas que allí se discutían interminablemente. Era filósofo y amaba la poesía y la música, tanto como la luz y los colores que ahora perpetúan para siempre su recuerdo.
Maruja Vieira
Tomado de la Revista A Bordo, Aces, No. 110, mayo de 1999
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http://www.simon-bolivar.org/bolivar/acta_bautismo.html
Iconografía del libertador EUW
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http://www.gloriaserpaflorez.com/versiones/vp_frances.htm
…
Hoy traduzco en NUEVA FRONTERA algunas de las Canciones de Bilitis sobre los textos franceses, ya que las inscripciones griegas solamente estuvieron grabadas como un sofisma de distracción en la mente de Pierre Louÿs. Después de una infructuosa búsqueda de los textos originales en griego, llegué a ese puerto seguro de la cultura que es la casa-barco de Enrique Uribe White y fue él quien me puso al tanto de las “supercherías” de Louÿs. En las versiones anteriormente consultadas por mí los autores habían aceptado la invención del poeta sin hacer ninguna referencia a su origen.
…
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